LAS CÁMARAS QUE NOS VIGILAN
Hace algunas décadas, en las fábricas de producción, se solían instalar las oficinas en un piso superior.
Había una gran ventana donde se podía ver lo que hacían los trabajadores.
Me puedo imaginar un señor con puro en mano, vigilando que todo el mundo diera el callo.
Esto por parte del currante, esta acción sería vivida como algo casi rozando lo indignante, sintiéndose controlado por el buitre.
A día de hoy, nos observan a lo bestia, de forma continuada, en la calle, en los parques, en los comercios, en las instituciones y parece ser que se ve casi como algo natural, nadie alza la voz.
Te pueden ver y también saber lo que estás hablando, pero de una forma elegante, moderna, discreta, con cámaras, claro.
Si se hiciese de una forma menos sutil, te ofenderías, pero la camarita cumple su función: vigilarte.
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Un saludo,
Alfredo
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Descargo de responsabilidad: Esta información solo tiene el propósito de educar. Este post, no tiene la intención de curar, tratar, diagnosticar o prevenir enfermedades o heridas, deberá, ante todo, consultar a su médico.